sábado, 7 de marzo de 2009

EL CONTRATO DEL DIBUJANTE

Es una de esas películas que he visto por casualidad, hace ya bastantes años, una noche de insomnio en la segunda cadena. Aunque, desde que tuvimos a nuestras gemelas, el insomnio desapareció a él le debo haber visto -además- otras películas como "All That Jazz" de Bob Fosse, "París, Texas" de Wim Wenders o el "Barry Lyndon" de Stanley Kubrick, os las recomiendo todas. De todas formas, a "El Contrato del Dibujante" lo recuerdo de una manera especial. Hasta hace poco no pude tenerla en dvd y verla como se merece, ya que necesita verse varias veces para apreciar parte de su contenido. Aunque no existe, o por lo menos no he encontrado, una versión doblada al castellano, entre mis básicos conocimientos de la lengua de Shakespeare y los subtítulos uno se las arregla bastante bien.



La película es la segunda filmada por Peter Greenaway en 1982, y narra una historia de intriga, encuentros amorosos y, por supuesto, dibujos. En un ambiente barroco hasta -casi- el exceso, ya que estamos en 1694, un ambicioso dibujante -Mr. Neville- visita la rica hacienda de Mr. Herbert de Compton Anstey en la campiña inglesa. La esposa del propietario encargará a Neville la ejecución de seis dibujos (que realizó el propio Greenaway) de vistas de la propiedad desde unos ángulos predeterminados. Posteriormente, la hija del hacendado encargará otros seis. Para el pago de los trabajos se firman sendos contratos donde, primero la esposa y después la hija de Mr. Herbert, acceden a proporcionar al señor Neville unas ocho libras por dibujo (creo recordar), alojamiento, comida y satisfacer todos los deseos sexuales del dibujante. El encargo de un decimotercer dibujo será la clave de la historia y de la desaparición misteriosa del dueño de la finca. Todo esto se desarrolla dentro de una atmósfera cuidada hasta el más mínimo detalle, con la magnífica banda sonora de Michael Nyman.

Y esto no acaba aquí, la película es tan densa y elaborada que, sólo después de verla varias veces,se pueden atisbar tanto su simbología como las alusiones mitológicas (Perséfone, Hércules, Pan...) que se nos muestran tras tan sugerente relato. En este sentido, y para disfrutar una película que puede parecer -en principio- sin sentido, os recomiendo el artículo del profesor César García Álvarez, de la Universidad de León: Iconología mitológica de "El Contrato del Dibujante" de Peter Greenaway. Lo podéis encontrar en el siguiente enlace en un archivo pdf:

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=853127


Pero, si el argumento y la ambientación de la película son muy buenos, lo que más me llamó la atención la primera vez que la vi, fue cómo Mr. Neville realiza los dibujos. Para ejecutarlos emplea una máquina de perspectiva (también llamada perspectógrafo o prospectógrafo). Esta "máquina" son, en realidad, dos rectángulos de madera con diferente tamaño, divididos por unas varillas metálicas y dispuestos como aparece en la imagen:


El rectángulo mayor encuadra y divide la imagen a dibujar en dieciséis menores y el pequeño sirve de punto de mira, al hacerlo coincidir con el centro del mayor. El papel donde se realiza el dibujo está previamente dividido en el mismo número de rectángulos que aparecen en el mayor. Así se puede fijar, con mayor precisión, las proporciones de las vistas y conseguir la perspectiva directamente. El empleo de éste tipo de "ingenios" data del Renacimiento, León Batista Alberti ya lo menciona y, Leonardo da Vinci lo representa en 1480 en una hoja de su "Códice Atlántico" (conservado en la Biblioteca Ambrosiana de Milán). Alberto Durero realiza, en 1525, una estampa mostrando su uso:


De tal forma, que, nuestro Mr. Neville, dibuja sobre una cuadrícula de una forma muy precisa. Tan precisa que, en el momento que se cambia cualquier detalle, por mínimo que sea (recuerdo una escalera apoyada contra una de las fachadas) el hombre monta en cólera, sin saber que esos cambios son intencionados y guardan, al igual que los encargos, un oscuro propósito destinado a nuestro desdichado amigo. Es muy curiosa toda la parafernalia de que se rodea el dibujante para realizar los encargos, como los útiles de dibujo, los inevitables refrigerios y los diálogos con los personajes que componen esta magnífica "tela de araña" del señor Greenaway.


No dejéis de ver la web de Greenaway, es muy interesante el montaje sobre "La última Cena" de Leonardo: http://www.petergreenaway.info/

2 comentarios:

Elena dijo...

No conocía esta película, pero la verdad es que me ha enganchado tu comentario. No sabía lo de ese ingenio para lograr la perspectiva perfecta, y mira que he leído cosas sobre Leonardo!! A ver si veo la peli y ya comentamos impresiones.

Besos

Jorge Quintana dijo...

Mañana te la llevo, ¡seguro que te gusta!.
Sobre las máquinas para "ver y dibujar", mira la página:
http://ochoa.mat.ucm.es/~jesusr/expogp/maq.html
Es un buen resumen.
Verás, también en el Renacimiento se retoma lo avanzado en el arte antiguo en referencia a la perspectiva; sobre todo de Roma (recuerda la "Villa de los Misterios" de Pompeya y "los estilos pompeyanos"), ya que no tenemos vestigios de la pintura griega. Aunque sabemos que existía una Pinacoteca al norte de los Propíleos de la Acrópolis que guardaba tablillas pintadas.
La aportación de artistas como Leonardo, Durero, Alberti, Piero della Francesca y Luca Pacioli -con su "Divina Proporción", ilustrada por Leonardo- dan origen a la Geometría Proyectiva que, hasta el siglo XVII, no desarrolla principos fundamentales -de una forma matemática- de la mano de Gérard Desargues. Madura en el siglo XIX y se formaliza, definitivamente, en el s. XX con las demostraciones de Einstein.
Como curiosidad, Gaspard Monge -uno de los matemáticos y geómetras más famosos del s. XIX - publica,en 1799, su "Geometría Descriptiva". Los trabajos de éste militar confidente de Napoleón, son -en sus orígenes- secreto de estado y actualmente son los mismos que enseñamos (o tratamos enseñar) a los chavales de Bachillerato en Dibujo Técnico.